10 nov 2011

¿Eco-Trekking? No, gracias

Había leído que el antiguo reino de Siam estaba coronado por una región montañosa repleta de exuberantes bosques y habitada por singulares aldeas tribales haciendo de esta porción del país un suculento pedazo de índole cultural. Un lugar en el que además confluyen las influencias de Myanmar, Laos y suroeste de China. Todo un reclamo aparentemente irresistible para todo viajero que se precie.

El punto de partida, la apacible y encantadora Chiang Mai, bien merecía una visita. Así que, con lo leído me dispuse a averiguar los 'tesoros' que aguardaban a mi llegada. Unas horas después entre sinuosas y serpentantes curvas bastaron para poner pie en el norte del país. Conocida como 'la Rosa del Norte', la ciudad recibe al visitante entre el sosiego y la placidez de las callejuelas salpicadas por numerosos templos históricos y delimitadas por una muralla de estilo medieval que se remonta setecientos años atrás para combatir las invasiones birmanas. Un recorrido acariciado por temperaturas más frescas que permiten apreciar el peso de un magnífico patrimonio Lanna que envejece como el buen vino. Este despliegue de elaboradas fachadas que lucen mosaicos multicolores se ve enriquecido por una amplia variedad de galerías de arte amén de las cada vez más numerosas librerías. Una ruta absolutamente recomendable que se asienta en la zona moderna al noroeste de 'las cuatro paredes'.

Foto: Danuta-Assia Othman

Foto: Danuta-Assia Othman


Foto: Danuta-Assia Othman

Una realidad que, sin embargo, navega entre dos aguas ofreciendo al viajero una imagen descafeinada con un regusto próximo al desencanto. Y es que la otra cara de la moneda que ofrece Chiang Mai y alrededores poco o nada tiene que ver con la autenticidad vendida. La ciudad está abarrotada de agencias que se frotan las manos ante la afluencia constante de turistas. La competencia es feroz. Una situación que le confiere la denominación de capital oficiosa del norte de Tailandia. 

Para quienes se aventuren conviene armarse de paciencia pues la mayoría de agencias ofrecen el mismo producto enmascarado bajo el paraguas recurrente de 'Eco-Trekking' promoviendo una filosofía de turismo responsable. Un escudo de apellido marketiniano que consigue atrapar a muchos. Y es que el etnoturismo entre las tribus como los akha, hmong, karen o lisu se reduce a un puesto de venta de artesanía y souvenirs que espera impaciente la llegada de los forasteros ávidos por conocer las costumbres y quehaceres de estas minorías étnicas. Un chiringuito que asoma la paraeta en un espectáculo que baja el telón en cuanto se retoma el camino.

Atrás quedan los tiempos en los que esta región punteada por tribus pintorescas deslumbraron a quienes tuvieron la suerte de llegar primerizos. Los nostálgicos todavía están a tiempo de disfrutar un escenario que despierta entre mañanas neblinosas que dejan paso a una naturaleza que se exhibe arrebatadora. Por el momento.

 Foto: Danuta-Assia Othman

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el pais es mistico y bello pero no aguantas las agencias futuristas chupando la esencia del pasado...ET..

Danuta-Assia Othman dijo...

tienes toda la razón, como me comentó un buen compañero de viaje, debemos poner un negativo para que el turista/viajero tome la decisión acertada...

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