4 mar 2012

Viajes, husos y deshusos horarios

Limbos temporales entre el punto de partida y el destino. Escenarios singulares donde el tiempo, tal y como lo conocíamos hasta ese momento, es reemplazado por otra dimensión. Una dimensión ahora dilatada y suspendida. No importa cuántas veces hayas viajado. 

Los contornos definidos de esta medida aparecen desdibujados en un desorden y absoluta quiebra de lo normal, lo cotidiano y lo razonable. Un cambio de ajustes, para más inri, que desbarajustan hasta al viajero más curtido. Una tarea harto complicada cuyo precio, además del propio vuelo intercontinental, es el de alertar los patrones de sueño. Desincronización, por cierto, enemiga de sonámbulos, noctámbulos y funámbulos. Y es que, por lo visto, el reloj interno tiende a prevalecer cuando viajamos.

Sujetos a la agitación y el desconcierto que provoca la línea imaginaria del Cambio de Fecha (opuesta al meridiano de Greenwich), asistimos aturdidos y agotados a esta efectiva máquina del tiempo. Un espacio donde jugar con el ayer, el hoy y el mañana, si uno logra, claro está, vencer a sus 'efectos secundarios'. A esta paradoja temporal, recordemos, se vio sometido el personaje del solitario y flemático caballero inglés Phileas Fogg en la novela "La Vuelta al mundo en 80 días" de Julio Verne, cuando creyó (erróneamente), haber tardado 81 días.

Y es que viajar a otras latitudes conlleva algunos riesgos como el de tener el ritmo circadiano de vuelta y media (aquello que conocemos como jetlag). Pero, no se retiren todavía, no todo es confusión y desorientación, sino que este trastorno común del viajero tiene algunos beneficios como el de (intentar) ganarle la batalla al tiempo.

Así que si quieren ser los primeros en saludar cada nuevo amanecer, cada nuevo año y ya puestos, cada nuevo milenio, sepan que tendrán que viajar hasta la isla de Tonga, un archipiélago de islas situado en la Polinesia Occidental, en aguas del Pacífico (Oceanía). Como diría el escritor y viajero Sánchez Dragó: "¡Viva el jetlag!".


Foto: Google

4 comentarios:

Anónimo dijo...

es una pena que esta dilatacion y retrocecion del tiempo es solo una question de horas...ET.

Danuta-Assia Othman dijo...

cierto, como ves, hasta el tiempo es relativo! ;)

José Carlos DS dijo...

Me quedo con la frase "ganarle la batalla al tiempo" :)

Esta entrada me viene como anillo al dedo, pues en unos días me tocará sufrir ese mal conocido como jetlag, aunque cuando viajo para Asia no lo noto apenas, ni al volver, sin embargo al volver de América mi cuerpo si que se siente con una marmota, somnolienta todo el tiempo.

Un saludo!!!

Danuta-Assia Othman dijo...

Gracias José Carlos! Disfruta mientras puedas de sus 'ventajas'... :)

Saludos y buen viaje!!

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